Vacaciones en Ibiza con mi mujer – I

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Somos un matrimonio feliz, ella en 36, yo en 40. Mi mujer es bajita, guapísima de cara (parece tener mucho menos edad), pelo teñido con mechas rubias de melena larga, bajita pero muy bien proporcionada, con unos pechos enormes acabados en deliciosos pezones rojos, y unas piernas y un culo que, cuando usa tacón, se realzan haciendo de ella un manjar para cualquier mirada. Yo soy alto, atlético, no muy dotado pero en la media.

Si bien fantaseamos muchas veces con meter un tercero en la cama, nunca se dió lugar.  Habíamos jugado mucho con el tema. Usando vibradores en la cama, vendándole los ojos, haciendole creer que tenía más de una polla a su disposición. Inclusó me aventuré a escribir algun que otro relato sobre el tema, los cuales ella leyó con morbo y agrado.

Pero los niños, el estrés, la rutina, hicieron que aparcáramos el tema. Si bien en nuestros encuentros sexuales seguiamos fantaseándo con ello a veces, de la fantasía a la realidad hay un buen trecho.

Pasaron los años, los niños crecieron, y por fin pudimos escaparnos solos, durante cinco dias, a Ibiza. Y esto es lo que ocurrió:

Llegamos al apartahotel, y accedimos por fin al que iba a ser nuestro apartamento unos dias. Estaba muy bien, amplia cama con tv, cocinita, y un ventanal precioso que daba a una zona ajardinada, justo en frente de otro apartamento.  La besé con cariño y le dije:

-Ponte cómoda amor. Vamos a disfrutar estos dias. Voy a sacar todos nuestros juguetes sexuales y los dejaré al lado de la cama. Cuando queramos follar, follaremos, si queremos comer, comeremos, y si queremos dormir, dormiremos.

Ella me sonrió, estaba feliz, radiante como siempre. Entró al baño mientras yo me ponia el bañador, y salió con un bañador que le había regalado, que no era del todo tanga pero casi, dejando ver buena parte de su culito. No llevaba sostén. Me sonrió picara:

-Nos vamos a la playa o que?

-Chiquilla, que las cortinas estan abiertas, como haya alguien en el apartamento de enfrente, te van a ver en tetas.

-Que más dá, aquí no nos conoce nadie.

Se acercó y me besó. Empezamos a magrearnos. No pude evitar tumbarla en la cama, empecé a besarle las tetas, ella gemía, el deseo era máximo. Baje por su vientre, y le aparté el bañador, empezando a comerme su coñito depilado. Tras un rato me quité el bañador, me puse un condón y la penetré, con mucha furia. Estaba ansiosa de ella, y ella de mi. No pude evitar mirar por el ventanal, en el apartamento de enfrente no había nadie, tenían las cortinas abiertas, se veían enseres desperdigados, pero no había señales de vida. El morbo de pensar que alguien pudiese asomarse y vernos en plena faena, me ponía a mil.. Empecé a susurrarle guarradas a mi mujer en la oreja. Que si le gustaba como la follaba, que si echaba de menos mi polla. Le dije que si algun adolescente se asomaba a la ventana de enfrente, seguro que se pajeaba mirándola, mirando aquellas tetas deliciosas que tenía, mirando como se la follaban. Se corrió, y yo me vine a la vez. Había sido un polvo rápido, salvaje. El ansia que nos teniamos, supongo.

Tras un rato descansando tumbados, le dije:

-Que tal amor?

-Buff…

-Te ha gustado?

-Siiii – me besó –

– He visto que te has corrido, nada más mencionarte lo del adolescente y la paja. Exibicionista! jajaja

-Bueno, hemos venido a disfrutar y fantasear no? A ver que se tercia este viaje…

Este comentario me dejó con la cabeza dándole vueltas al tema. Me gustaba ver a mi mujer deshinbida. Y ahora parecía haber prendido la mecha..

-Vamos a la playa antes de comer? -Propuse-

-Vamos, me dijo

Preparamos todo, y nos fuimos para allá. Mi mujer llevó el mismo bañador, sin parte de arriba, solo con un vestido playero encima, blanco, que dejaba ver sus pezones. Me tenía cachondísimo, y el ver que se vestía sin ningún pudor me ponía a mil.

Llegamos a la playa, pusimos las toallas y la sombrilla, y ella se quedo en tetas. Me puso crema a mi, y yo empecé a ponerle a ella por todo. Pude comprobar como unos chavales, de veintitantos, no perdían de vista las untadas que le pegaba a mi mujer. Ella se tumbó, y yo me fui para el agua. Ya dentro, me relajé a mirar el paisaje. La playa no estaba muy concurrida. Había algunas parejas, algunos adolescentes. Reparé en mi mujer, tumbada boca arriba, relajada. Me fijé, que los chavales de antes, disimulando, no le quitaban ojo. Se ve que les había gustado ver como le ponía crema por sus piernas, por su culo, por su espalda, y por sus tetas, que ahora relucían al sol bajo la atenta mirada de esos chicos. De repente, uno se levantó, y se acercó a mi mujer. El chaval no era muy alto, pero si que estaba fuerte… tenía cuerpo de gym, vamos. Vi que le hablaba a mi señora, por las señas deducí que le pedía fuego. Mi mujer se incorporó, le sonrió, y vi que rebuscaba en su bolso. Para mi sorpresa, al rebuscar en su bolso, se arrodilló y quedó con el culo apuntando hacia el chaval, que le hizo una seña a su compañero con la mano como diciendo: -madre mía!….

En vez de celos, me puse cachondo. Quise seguir observando. Mi mujer le ofreció fuego al chaval, y este, agachándose, algo le dijo. Se dieron dos besos. Se había presentado, supuse. Mi mujer hablaba con él, gesticulaba, y le sonreía. Algo le dijo el muchacho, que mi mujer rió en carcajadas. Vi como se acercaba el otro chaval. Mi mujer se incorporó, y ya de pie también dio dos besos al muchacho. Charlaron los tres un rato más, y los muchachos se fueron a sus toallas. Entonces mi mujer se vino al agua.

-Que lujazo de agua amor – le dije cuando llego a mi lado-

-Siii que gusto -dijo abrazandome y besándome

-Tienes los pezones duros…. tienes frío?

-No.

-Entonces….? Estas excitada guarrilla mia? -dije mientras la agarraba del culo y la atraía hacia mi..

-mmmmmm. – me dijo-

-No tendrá nada que ver con esos chavales con los que has estado hablando no? -pregunté maliciosamente-

-mmmmmm -me sonrió-

-A ver, cuentame.

-Son dos chavales de Málaga. Con mucho salero. Estan aqui de vacaciones. El que se ha acercado a mi….- me miró con ojos dubitativos – ¿no te pondrás celoso?

-Joder nena, lo que me ponen a mi estas situaciones es cachondo, y si no, tocame la polla

Me agarro el paquete, que ya estaba morcillón….

-mmmmm -dijo- pues te decía, el que se ha acercado, esta como un queso. Y he pensado: joder, con el niño. Asi que, me ha pedido fuego, y yo he decidido darle un poco de juego, poniendome el culito en pompa hacia él…

-Lo he visto cariño, y me he puesto muy cachondo…

-Ajá….- me sonrió picarona- sabía que estabas mirando, y que te gusta que me miren…..

-Pues no veas la mirada que te ha echado el chaval..

-Ah, sí?…- me dijo a la vez que me besaba- joder, pues me excita la idea…. En fin, que se me ha presentado, se llama Israel, estan aqui de vacaciones con su colega (que se me ha presentado después) Rafa. Son muy graciosos, yo les he contado que estoy aqui contigo. Enseguida me han dicho que si fueran ellos mi marido, no me dejaban sola, que soy muy guapa, etc… en fin, que me han subido la autoestima que no veas. Y luego les he dicho que me venía al agua contigo, y ya se han largado.

En ese momento, la atraje hacia mi, para que comprobara lo dura que la tenia. Al notar mi polla en su coñito, me besó y exclamó: – coño, parece que a alguien le gusta que adulen a su mujercita.

-Pues si, no siento celos, si no orgullo de tener una hembra tan buena. Me parece que serán una interesantes vacaciones….

Poco más pasó esa mañana en la playa. Tras un rato, de entrar, salir, jugar a las palas y tomar el sol, decidimos comer en una terraza. Al irnos, mi mujer les dijo adiós a los chicos, y yo aproveché para acercarme a ellos y presentarme. Al ver que iba de buen rollo, se relajaron y Israel me espetó:

-Tienes un monumento de mujer, Juan.

-Lo sé -dije guiñándole el ojo-

Comimos, charlando de cosas banales, y regresamos al apartamento. Mi mujer fue a la ducha, me invitó, pero yo decliné porque necesitaba descansar unos minutos. Me quedé traspuesto en la cama, y a la media hora me desperté. Escuché risas en el salón. Me incorporé y escuché a mi mujer hablando. Salí para fuera y me la encontré, con el pelo mojado, con una camiseta abierta por detrás, sin sostén, y en tanguita (la camiseta le llegaba a tapar, casi, el culo entero). Estaba apoyada en la ventana, y en la ventana de enfrente, sentados en unas sillas, todavía en bañador y con unas cervezas… Israel y Rafa. No se de que hablaban, reian los tres. Desde luego, entre la playa y ahora, los chavales se estaban poniendo ciegos de ver los encantos de mi mujer, que para mi sorpresa, estaba más deshinibida que nunca. Porque a mi me dicen que mi mujer hubiese estado hablando con unos chavales a los que apenas conocía tal y como iba vestida, y no me lo creo.

-Ey que pasa – anuncié mi llegada-

Mi mujer se giró hacia mi, para saludarme, y pude observar como los chavales no perdían detalle de su culito.

-Mira las casualidades, quienes tenemos de vecinos. Los chicos de la playa.

-Coño, Isra y Rafa verdad? Que pasa?

-Aqui tu señora, que la invitamos a cerveza pero no quiere

-Porque para ella shandy, para mi cerveza -dije acercando nuestras sillas a las suyas.

Rafa no tardó en entrar y salir con una shandy para mi mujer y una cerveza para mi. Mi mujer, para mi sorpresa, no se cambió. Tal cual, se sentó a tomar la shandy. Siguieron más cervezas y más sahndys, y pasamos unas tres horas muy agradables, y entrentenidas. Resultaron ser muy buenos chavales. Entre risa y risa, observava como se les iba la vista tras la tetas de mi mujer (que se adivinaban perfectamente bajo la tela de la camiseta), tras sus muslos… y ella, picarona, coquetona… joder, como me ponía. Llegamos a cojer tal confianza, que la conversación se tornó más picantona, siempre alagando a mi mujer, viendo que a mi no me importaba.

-Bueno, nosotros nos vamos ya a ducharnos y a salir por ahí. No os animáis?

-No, -se me adelantó mi mujer- Nosotros nos quedamos a descansar….

-Si, si, a descansar o a follar como locos, ahora que andáis sin los crios -dijo Rafa, tal era la confianza que habíamos cogido en poco tiempo.

-Bueeeno – contesté- vosotros seguro que pillareis algo

-Eso espero – dijo Isra- porque el calentón ya lo llevamos -dijo guiñandole un ojo a mi mujer-

-Jajaja ya será menos -le sonrió ella-

Asi nos despedimos, y tras ducharme yo, me la enconte con una cenita preparada (con cosas del super) en el salón. Cenamos a gusto, bebimos más. Esa noche le vendé los ojos y saqué todo mi arsenal de juguetes. Follamos muy rico. Cuando la tenía a cuatro patas, con los ojos vendados, follándomela por detrás, le puse un consolador en la boca..

-Chupa otra polla, putilla mia… Te han puesto cachonda hoy esos dos muchachos? No te quitaban ojo… Seguro que si follan esta noche, pensarán en la sexy señora del apartamento de al lado…..

-Mmmmmmmm- Gemía ella- Si, si, si…- mientras agarraba la polla ante mis embestidas-

– Te gustaría que esta polla fuera la de Isra, eh?

-Ooohh, si – dijo a la vez que se la metía en la boca-

-Te gustaría que fuera Rafa quien te folla por detrá?

-Mmmmmmm -dijo-

Noté como se corría, y me corrí a la vez. Fue glorioso.

Tras descansar un rato, me preguntó (no había duda de que le rondaba la cabeza):

-Celoso, amor?

-No -la miré a los ojos- más cachondo que nunca, y feliz. Te amo.

-Y yo a ti.

-A ver que ocurre mañana.

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